Muchos me pueden decir que es carísimo traer al país un kayak de “kayak surf” y por supuesto que voy a estar de acuerdo con eso, y encima les puedo agregar el comentario de que:_eso es para el que tiene guita (dinero). Pero mi planteo viene por otro lado. Todos sabemos que aquí en Mar del Plata se pueden lograr productos de calidad, se pueden realizar matrices de kayaks de muy buena calidad y de excelente terminación. Es claro el ejemplo de las copias en fibra del Piraña S8; excelente producto a un costo ($800 o $900 – “pesos”) accesible a nuestros bolsillos, comparando con lo que sale importar un bote producido en Europa en fibras de carbono y kevlar (u$s 2000 o mas). Esto quiere decir que se puede copiar un bote de u$s 2000 y convertirlo en un bote de $1000 (pesos). Pero eso sería ilegal y en mi honesta visión queda relegado (hasta nuevo aviso). Pero también existe otra posibilidad, y es la de diseñar y producir un kayak para surf íntegramente en nuestra ciudad. Y no me vengan a decir que la idea es descabellada, junto con frases como:_¿y cuantos kayakistas lo comprarían? ¿cuántos de los que hoy kayakean cambiarían a un kayak muchísimo mas inestable y que solo sirve para el mar? Mi respuesta es “muchos”. A la larga o a la corta casi todos los que hoy surfean en kayak cambiarían a un bote que reúna las condiciones optimas para la practica “real” del deporte. Y puedo sostener mi teoría con fundamentos reales e históricos. Todos recordarán que hasta hace algunos años la mayoría de nosotros surfábamos en botes largos (dancer 3.50, SDK 4.00) y que solamente se veían en el agua algunos botes mucho mas cortos ( de plástico importados de 2,50 o menos). Lo mas normal era tener un bote largo y el pequeño grupo que poseía kayaks mas cortos era simplemente una rareza o una excepción.
En un lapso no mayor a 3 años la flota de kayaks de Mar del Plata se renovó completamente y hoy en día ya no se ven botes largos surfeando en nuestras playas, salvo alguna perdida excepción. Los kayaks de mas de 3 metros solamente se ven afectados a competencias en aguas tranquilas, en las tradicionales Regatas de destreza o en excursiones por cursos de aguas menores. Por lo expuesto, no me parece justo subestimar a los kayakistas de nuestra ciudad, diciendo que no van a querer surfear en un kayak de surf o que no están preparados para ese tipo de kayak.
Tenemos que tener en cuenta que vivimos en una ciudad costera, con buenas condiciones para la practica del kayak surf y que son muy pocos los que tienen la posibilidad de hacer algún río durante el año; y aunque todos pudiéramos hacerlo una vez al año, solo sería una sola vez y con eso no alcanza para cubrir nuestros deseos de divertirnos arriba de un kayak. En definitiva, creo que es posible entre todos llegar a una definición mucho mas acertada de lo que es o lo que queremos que sea el “Kayak Surf” en nuestra ciudad.
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